El desfile de Alta Costura de Jean-Paul Gaultier despertaba expectación, su colaboración con el diseñador Haider Ackerman sorprendió desde el inicio por la diferencia de estilo de ambos. La semana de la Alta Costura parisina ha sido testigo de esta unión que han denominado como una “carta de amor” de Ackerman a la firma.
A diferencia de otras colecciones presentadas los últimos años, podemos ver que Ackerman apuesta por un mundo más sobrio, sin dejar de lado los colores y la extravagancia que estamos acostumbrado al pensar en la firma francesa.
En la colección llamada “reinterpretando su universo”, como ha sido presentada a la prensa, son protagonistas los conjuntos de dos piezas, los maxi vestidos, algunos con vertiginosas aperturas y los pantalones palazzos.
También hay elementos que nos trasladan a esa imagen transgresora de Gaultier, con plumas, cortes irregulares, grandes volúmenes y colores llamativos cómo el amarillo el naranja el azul o el verde. Aunque de la misma manera, hemos podido ver una imagen más sobria con looks en los que destacaba el blanco y el negro.
Entre los asistentes se encontraba el propio Jean-Paul Gaultier y como toque español una de sus musas indiscutibles, Rossy de Palma.