En 1755, en Ginebra, Jean-Marc Vacheron comenzó a escribir el primer capítulo de una historia que se ha convertido en una extraordinaria epopeya humana: una búsqueda de la excelencia transmitida de generación en generación. La pasión, la pericia y la creatividad de los hombres y mujeres de la Manufactura han forjado la identidad de Vacheron Constantin a través de un delicado equilibrio entre la maestría técnica y la sensibilidad artística. Estos valores, hondamente arraigados en los atelieres, explican en gran medida la longevidad de la Maison.
A lo largo de 2025, para conmemorar los 270 años de creación, tradición e innovación, tendrá lugar una serie de celebraciones que comenzará con la reedición de un reloj emblemático largamente esperado por los clientes de la Maison: el Historiques 222, con caja de acero inoxidable.
Para comenzar la celebración de 270 años de pasión, y en respuesta a las expectativas de sus clientes, Vacheron Constantin presenta el reloj con el que inaugura los fastos de su aniversario: el Historiques 222, en acero inoxidable.
Este modelo evoca una creación legendaria, presentada por primera vez en 1977 con motivo del 222o aniversario de la Maison. Diseñado por Jorg Hysek, el modelo se apartó instantáneamente de las convenciones de los relojes deportivos de la época, que hasta el momento habían sido principalmente modelos profesionales para pilotos, submarinistas y exploradores, y captó un nuevo estado de ánimo cultural en el que las líneas entre formalidad y deportividad se difuminaban. Además de suponer una ruptura con las características tradicionales de los relojes deportivos, el 222 era la quintaesencia del diseño de los años setenta, e introdujo nuevos rasgos estilísticos en la Maison.
Equipada con un brazalete integrado, su caja presentaba una construcción funcional, con una carrura con forma de plataforma plana, rematada por un prominente bisel almenado y con una cruz de Malta estampada a las 5 en la plataforma. La caja monocasco, que exigía que el movimiento se encajase por delante, tenía una estanqueidad de 120 metros, gracias al bisel atornillado a rosca. Con indicación de hora, minutos y fecha, el 222 también era un alarde de diseño plano, con un grosor de tan solo 7 milímetros, gracias al uso del Calibre 1120 ultraplano; con un grosor de 3,05 milímetros, era el movimiento de carga automática con rotor completo más delgado del mundo. Paradigma de equilibrio y elegancia visual, las sencillas agujas e índices tipo bastón y los grandes eslabones centrales hexagonales del brazalete transmitían una impresión de robustez y modernidad segura de sí misma