Brasserie Lafayette, el coqueto bistró francés escondido en el exclusivo barrio de El Viso

Romántico, acogedor e intimo. Traspasar el umbral de Brasserie Lafayette significa viajar a esos mágicos bistrós de la Belle France, donde nos embriaga ese espíritu de romanticismo que nos ayuda a escapar de la rutina. Un precioso restaurante ubicado en el distrito madrileño de Chamartín, mas concretamente en el numero dos de la calle Recaredo, donde nos aguarda esa seductora cocina francesa que siempre sabe mejor en buena compañía y con un buen vino. Su apetecible carta, compuesta por deliciosas recetas de la mejor cocina francesa, alcanza su punto álgido en compañía de su esmerada carta líquida. Una formidable bodega en la que sin duda alguna, merece la pena adentrarse cuando visitamos Brasserie Lafayette.

Al frente de la sala, el encantador Sébastien Leparoux, nos adentra en esta inolvidable aventura gastronómica y nos recomienda con acierto tanto los platos como los vinos con los que maridarlos. Una inolvidable velada plagada de magia y exclusividad que nos traslada a nuestro país vecino a través del paladar.

En nuestra visita a Brasserie Lafayette comenzamos saboreando unos riquísimos aperitivos que nos adentraron en la esencia del restaurante. Primero, una esferificación de aceituna tapenada que nos conquistó con una sorprendente explosión de sabor en boca y que nos condujo a unos divertidos bocados de mantequilla en forma de cacahuete y unos seductores cupcakes de trufa. Tres originales elaboraciones que nos hicieron intuir que lo mejor estaba aún por llegar.

Continuamos con una delicada ostra con cacahuete y grosella que compartió protagonismo con otra coronada con boquerón en vinagre y caviar de aceite de oliva que nos regaló un intenso sabor a mar. Placer en estado puro.

La atrevida versión de la clásica brandada de bacalao que sirven sobre hoja de sisho con mostaza de Dijon y ajo negro que degustamos a continuación, es una verdadera joya gastronómica que se disfruta plenamente comiéndola con las manos. Un plato no muy adecuado para una cita pero que, sin duda, merece la pena probar.

Para entonar el cuerpo en un día desapacible y gris, pasamos a degustar una elegantísima sopa de cebolla con esférico de queso Comté, cebolleta encurtida en ajo negro, brioche y aceite de cebollino. Una delicia en toda regla, que dio paso a una sensacional raya con pilpil de meuniére, puré de salsifi y hojas de alcaparra.  Una receta sumamente delicada que sorprende y convence desde el primer momento.

De las carnes, nos decantamos por el Chateaubriand con pimienta rosa y puré de coliflor con mostaza. Una receta realmente exquisita que nos hizo rebañar el plato a conciencia.

De postre, probamos la milhojas de créme brûlée y la tarta tatín con helado de vainilla. Ambos muy ricos, aunque la milhojas nos pareció una autentica locura, que hará las delicias de los paladares más golosos.

Brasserie Lafayette, un encantador pedacito de Francia en la capital donde saborear una formidable cocina gala y disfrutar de una selecta bodega que nos conquista los sentidos y nos enamora el paladar en cada visita. Un coqueto y romántico restaurante, que merece la pena tener en cuenta cuando queremos coleccionar momentos muy especiales alrededor de una mesa.

¿Os podréis resistir a visitar Brasserie Lafayette?