Ubicado en la calle del Almendro, en el corazón del emblemático barrio madrileño de La Latina, el pequeño restaurante ha gozado de gran éxito desde su apertura. En 2022, el restaurante inauguró su hermano mayor: Ástor Puerta Cerrada. Este amplio espacio, dividido en dos plantas, con capacidad para 81 personas, incluye un restaurante, un salón privado y una terraza. Situado entre las calles Segovia y Tintoreros, mantiene todo el carácter familiar original, pero en un entorno mucho más luminoso. Destacan sus paredes blancas encaladas, jarapas y alfombras de yute, que transportan a los comensales al Mediterráneo. Aquí, la tranquilidad y la calma invitan a disfrutar de una experiencia gastronómica única.
La cocina de autor de Ástor Puerta Cerrada se fundamenta en productos frescos y de alta calidad, con un enfoque innovador y vanguardista. Las personalidades de los dueños determinan el carácter ecléctico de la carta, en la que se encuentran recetas argentinas, castellanas y platos de la cocina nikkei y chifa. Ejemplos de esta fusión multicultural incluyen el Char Siu, panceta salmantina glaseada a baja temperatura durante ocho horas con salsa de soja y especias, pak choi y aceite de sésamo, o el lomo de corvina de la Costa Brava con salsa tonkatsu.
Esta mezcla multicultural da identidad a una cocina que cruza fronteras y despliega sus mejores encantos en platos como el risotto de nuez garrapiñada y pera macerada, el ceviche frito de cazón al estilo jalea, y el tartar de salmón con yuca frita a la huancaína. Cada plato es una celebración de sabores y culturas, ofreciendo a los comensales una experiencia gastronómica que trasciende las fronteras.
Ástor Puerta Cerrada te invita a un viaje culinario donde las tradiciones argentinas se entrelazan con influencias francesas e italianas. Desde las clásicas empanadas rellenas de espinacas, queso mozzarella y uvas pasas hasta la irresistible chocotorta, cada plato cuenta una historia de sabor y autenticidad.
Además de los platos argentinos emblemáticos, como el ojo de bife de vaca de la Pampa argentina y la gran hamburguesa de buey, la carta también ofrece opciones de pasta casera con salsa de trufa, satisfaciendo los paladares más exigentes. Para aquellos con restricciones dietéticas, toda la carta es apta para celíacos, garantizando una experiencia inclusiva para todos los comensales.
Y no podemos olvidar los clásicos del tapeo español, como los boquerones en vinagre y las croquetas de jamón ibérico, que complementan perfectamente la oferta gastronómica de Ástor Puerta Cerrada. Sumérgete en este oasis culinario, donde las fronteras culinarias se desdibujan y cada bocado es un viaje de descubrimiento.
Coctelería de Renato Medina
Sumérgete en un mundo de sabores y elegancia en la barra de Ástor Puerta Cerrada, donde el talento del limeño Renato Medina lleva la mixología a nuevas alturas. Desde los clásicos cócteles hasta sus creaciones de autor, cada trago es una obra maestra de sabor y refinamiento.
Con una combinación experta de ingredientes frescos y destilados premium, Renato transforma la experiencia de beber cócteles en algo extraordinario. Los clientes disfrutan de una selección única que fusiona la tradición con la innovación, convirtiendo cada sorbo en un momento memorable en el corazón de Madrid.
Abre el apetito con el Quiero y Puedo, una exquisita mezcla de cava, bitter de ruibarbo y licor St-Germain, seguido por el Spanish Mule, una interpretación audaz con vodka, Pedro Ximenez, amontillado, lima, vainilla, bitter chocolate y ginger beer. Y para los amantes del café, el Espresso Martini ofrece una combinación irresistible de licor de café, vainilla, espresso y chocolate blanco, elevado con un toque de vodka.
No te pierdas el Amaretto Sour, una cortesía de la casa que siempre te invita a probar en su versión mini antes de pagar la cuenta, una muestra del compromiso de Ástor Puerta Cerrada con la excelencia y la hospitalidad.
Además, mientras disfrutas de tu experiencia, fíjate en los cuervos de cerámica dispersos por el salón del restaurante, el símbolo distintivo de Ástor. Inspirados en el poema «El Cuervo» de Edgar Allan Poe, son un homenaje al ingenio creativo que define este destino gastronómico único.
