Situada a pocos pasos de la antigua ubicación. Este nuevo espacio cuenta con una amplia distribución en dos plantas y un amplio jardín y patio privados, siguiendo la tradición del estilo de vida urbano y al aire libre de la ciudad. El resultado es una expresión viva, colorista y contemporánea de los códigos de la casa, en diálogo con la vitalidad de la ciudad costera, su proximidad a la naturaleza y su marcada arquitectura modernista catalana: un entorno maravilloso que es testimonio del profundo arraigo de Hermès en la región y de su apego a los clientes locales.
Ubicada en una señorial residencia de finales del siglo XIX.
La tienda, imaginada por la agencia de arquitectura parisina RDAI, está enmarcada por una elegante fachada de estuco de cal y arena, fielmente restaurada con acabados decorativos. La planta baja presenta dos salones de volúmenes generosos y techos altos conectados por una larga galería. Evocando las formas orgánicas y escultóricas del modernismo catalán en la tradición de Antoni Gaudí, las paredes de estuco color arena y los techos blancos de la tienda se dibujan en líneas ondulantes y curvas que crean una sensación de flujo desde la parte delantera a la trasera. Bajo los pies, el alicatado también se anima con un efecto ondulante en tonos azules degradados. Desde todas las perspectivas, el verde jardín, concebido por la empresa catalana de paisajismo Local4, permanece a la vista.
El encuentro con los dieciséis métiers de la casa comienza desde la entrada:
La mirada se desplaza desde la colección femenina de seda, animada con colores vivos, hasta el métier de perfumes y belleza y los accesorios. A la derecha, un conjunto de accesorios del universo masculino guía al visitante por la galería, pasando por las colecciones para el hogar hasta un íntimo rincón de joyería y relojería. A ambos lados del salón trasero, con ventanales que van del suelo al techo, se sitúan los universos masculino y femenino, cada uno con probadores decorados como acogedores capullos de colores. En el centro, la marroquinería se exhibe en armarios de madera de cerezo hechos a medida y equipados con paneles reflectantes que realzan la luminosidad de este espacio bañado por el sol. Desde aquí, las puertas se abren al patio amueblado, rodeado de fragantes jardines plantados con flora local, como cítricos y pinos mediterráneos, así como jacarandas, magnolias y brillantes buganvillas.
Desde el momento de su llegada, los visitantes se verán cautivados por una paleta extravagante que baila entre tonos mediterráneos de azul celeste y verde mar con toques de naranja vibrante y rosa eléctrico. El color se emplea para delimitar cada espacio, como los brillantes armarios lacados en azul que exhiben las joyas y los relojes y una llamativa gama de alfombras de mohair tejidas a mano en remolinos de colores ombré que enmarcan los universos del prêt-à-porter masculino y femenino. Los toques de color, en forma de brillantes mesas esmaltadas, marcan la escena con un toque alegre y excéntrico. Los visitantes podrán apreciar el vocabulario de la casa en toda la decoración: el emblemático ex-libris y la iluminación Grecques en la entrada, así como el mosaico Faubourg en tonos azul noche con cabujones naranja sangre y a mayor escala para resaltar un juego gráfico.
El juego entre el pasado y el presente se ve realzado por elementos decorativos que ponen de manifiesto la imaginación y la artesanía de la época modernista.
En la planta superior, el salón privado presenta preciosos detalles de la distribución original, que se conservaron durante la renovación y se reinstalaron en esta galería del primer piso. Entre ellos se encuentran las vidrieras originales del famoso vidriero modernista Antoni Rigalt i Blanch, que representan una evocadora y florida escena de estilo japonés. Aquí, en tres espacios separados, se han reinstalado en los suelos los mosaicos de cerámica originales de Nolla. La incorporación de acogedores sofás y puertas correderas de madera tallada hacen de este espacio un lugar único y privado.
En toda la tienda, una selección de obras de arte contemporáneo.
En esta selección se incluyen grabados oceánicos de la fotógrafa canadiense Amy Friend y obras geométricas pop del colorista irlandés Richard Gorman, se mezclan con piezas de la colección Émile Hermès que encarnan el espíritu artístico de larga tradición de la casa. Para la inauguración, el tema de la alegría ha sido interpretado por la artista francesa Nathalie Junod Ponsard en una obra de encargo, «Songe Solaire», una luminosa obra cromática nocturna instalada en el escaparate de proa que da a la calle.
Hermès espera dar la bienvenida a los clientes locales y a los nuevos visitantes en el interior de esta singular tienda, que aúna la vibrante historia y el estilo de vida de Barcelona con la creatividad y la fina artesanía de la casa parisina.
