Thai Garden By Emilio Carcur nos trae el corazón de Tailandia a la capital

Hablar de Thai Garden significa ineludiblemente hacer alusión al extravagante Emilio Carcur. Un enamorado de Tailandia que arrancó su andadura en la capital en el panorama gastronómico con el primer Thai Garden de la exclusiva calle de Jorge Juan. Más tarde, llegarían sus proyectos de Paseo de La Habana y Arturo Soria y ahora le podemos ver disfrutar plenamente, como lo hace siempre cuando se embarca en una nueva aventura, en el precioso local de la calle Añastro en el madrileño distrito de Hortaleza.

Emilio es, como él mismo me dijo ya hace tiempo, como el Ave Fénix y siempre vuelve a resurgir de sus cenizas para sorprendernos, aún más si cabe, con un nuevo proyecto. Ilusionado, apasionado, escandaloso… Emilio nos encandila siempre son sus inagotables anécdotas. Un insuperable maestro de ceremonias que constituye el eje central de Thai Garden.

Compartir mesa con Carcur es siempre un momento enriquecedor. Escucharle narrar las distintas etapas de su vida siempre en clave de humor nos regala una lección de humildad y positivismo. Posiblemente el mejor legado que Emilio me dejó cuando trabamos juntos, hace ya bastantes años, fue una frase que según me dijo, alguien había dicho, y que dice así: «Al final todo saldrá bien. Y si no sale bien, créeme es que aun no es el final». Tal vez por eso, Emilio continúa incansable, luchador y lleno de sorpresas, deleitándonos ahora con su deliciosa cocina tailandesa en este nuevo local que ha buscado rescatar la esencia original del primer Thai Garden de Jorge Juan.

En nuestra primera visita a Thai Garden By Emilio Carcur, comenzamos disfrutando de su seductora coctelería que tomo forma con un Fake Margarita que preparan con Aperol en lugar de Cointreau y un llamativo Rambutan freezen. Un cóctel de un intenso color verde que elaboran con lichis, hierbabuena, Malibú y tequila. Una bebida muy refrescante y digestiva, que nos recibió calurosamente antes de empezar a degustar una apetecible selección de entrantes típicos de la gastronomía tailandesa.

Comenzamos con los Poh Pia, unos deliciosos rollitos de primavera elaborados al más puro estilo Thai Garden. En su interior, un delicado relleno a base de un selecto mix de vegetales y setas, que acompañamos con su típica salsa agridulce. Continuamos con los originales Thai duck spring rolls. Otra variedad de rollitos que en este caso van rellenos de tiras de pechuga de pato aderezadas con vegetales, aromas cítricos y salsa Hoi Sin. Van envueltos en una delicada pasta de arroz que luego fríen y que acompañamos de una untuosa con salsa de pato. Una sabrosa elaboración que nos condujo a los sorprendentes Dumplings chor ladda que nos llaman la atención por su divertido color azul. Van rellenos de nabo deshidratado y cacahuete envuelto en tapioca hidratada en agua de orquídeas azules que les otorgan ese característico color y que nos recomiendan acompañar con salsa de soja, aunque confesamos que casi nos gustaron más sin salsa, porque no necesitan ningún tipo de aderezo. ¡Riquísimos!

También probamos las Kung Siam, unas formidables colas de langostino rebozadas en harina de trigo con ralladura de coco y semillas de sésamo que recomiendan acompañar con salsa agridulce. Este fue nuestro último entrante que nos llevó directamente al momento de los platos principales.

Arrancamos esta etapa de la comida con el Kaeng Khiao Wan Kung, un irresistible curry verde de langostinos elaborado con leche de coco hojas de albahaca Thai, chiles verdes y especias aromáticas que nos hizo rebañar a conciencia hasta la última cucharada. Un plato que recomendamos probar encarecidamente cuando se visita Thai Garden.

Para adentrarnos en la cocina más informal de Tailandia pedimos un plato fuera de carta que plasma la esencia de la street food Thai. Un sensacional arroz que preparan con distintas verduritas y que coronan con un riquísimo huevo frito que disfrutamos de principio a fin, antes de pasar a probar el Nua Kratiam, unos finos filetes de vacuno salteados con salsa de ostras con Phik Thai (pimienta verde fresca en racimos). Todo un clásico de la experiencia tailandesa que nos condujo al dulce momento final.

De postre pedimos el Khao Niao Mamuang, un tradicional dulce Thai de mango maduro con arroz glutinoso que va bañado en leche de coco templada. Sin duda, el broche final perfecto para nuestro viaje a Tailandia a través del paladar.

Thai Garden es mucho más que un restaurante. Una filosofía. Una vía de escape. Un encantador destino gastronómico que nos ayuda a viajar al sudeste asiático a través del paladar con esa magia que solo Emilio Carcur sabe ejecutar.

¡Larga vida al Ave Fénix!